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No persigas sueños, empezá a vivir el proceso

Siempre escuchamos que hay que ir detrás de un sueño y poner toda nuestra energía en conseguir aquello que queremos, pero lo peor que puede suceder es estar tan aferrados a eso que queremos lograr que no vemos las oportunidades que se presentan en el proceso. A continuación les propongo destruir la frase cliché de “perseguir tus sueños” y la dicotomía de ser infelices durante el proceso mientras esperamos ser más felices en el resultado final.

Todos tenemos grandes sueños en la vida, en diferentes niveles, algunos más alcanzables que otros, algunos los cumplimos y otros parecen modificarse a medida que pasa el tiempo. 

Es esencial para el ser humano tener una motivación para avanzar en su vida; para llegar a la autorrealización, y tocar ese concepto filosófico de ataraxia. Pero nadie habla de los procesos.

A veces empezamos con el gran deseo de un sueño cuando hay algo que nos falta en la vida y no siempre es algo material.  Hay una frase del actor Jim Carrey que dice:

“Creo que todos deberían experimentar poder hacerse ricos y famosos de repente, y finalmente hacer/ser todo lo que soñaron en la vida, para darse cuenta de una vez que esa no es la respuesta que están buscando”

La frase trata de acercarnos a la idea de que claramente no es el sueño el que perseguimos sino el proceso que vivimos, eso es lo que nos alimenta el alma cuando llegamos a la meta. Mi sueño por ejemplo siempre fue tener una mansión en una playa, vivir de rentas, ser filántropa y viajar por el mundo. Si mañana me depositan 65 millones de dólares en mi cuenta y logro tener todo esto en tres semanas, no creo que pueda saciar esa sensación tan linda que me motiva todo los días. En el fondo es el vacío lo que nos hace movernos hacia adelante. Vivir el proceso, aunque el sueño nunca llegue, es lo que más satisfacción nos va a dar. Esas pequeñas metas son las valiosas, estar alerta en todo momento, hasta cuando salgan mal nos dicen que hay que detenerse y reprogramar, que quizás el camino sea por otro lado y nos lleve a un sueño aún mejor.

También estar atentos a las tendencias y oportunidades que se presenten en esa meta que no se cumplió! Porque a veces perseguir sueños y tener deslices sólo puede significar una prueba a nuestra convicción, haciéndonos repensar ¿es esto realmente lo que queremos?. Si damos el no, buscaremos nuevos sueños por querer cumplir. 
Poco a poco el viento nos va a ir llevando al puerto correcto, lo importante es disfrutar el viaje.

Aquí mi contraconsejo: No persigas sueños, planeá metas cortas a ese gran sueño y viví el proceso, agradecete por los esfuerzos e intentá tardar en cumplirlo. Lo peor que te puede pasar con un gran sueño, es que se convierta en realidad muy rápido.

 

 By Dick, Tom, Harry!

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