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No salgas de tu zona de confort, ¡reinventala día a día!

 

Como siempre, repetimos frases creadas por otros a tal punto que suenan bien y crean modelos de vida que poco representan la nuestra, pero como digo, suenan bien y las dicen todos, entonces al ser tan repetitivas no dudamos y confiamos. Pero NO. Hacemos mal, sino resuena con nosotros, no nos representa.

Una de las frases que más se escuchan hoy en día para que no tengas miedo y reacciones es: Sal de tu zona de confort. Esta frase primero nos genera ansiedad, porque nos está diciendo que al sentirnos cómodos estamos siendo mediocres o poco valientes y que estamos perdiendo el tiempo. Ahora créanme, una mamá soltera que tiene una rutina con sus hijos, coordina las comidas y encima trabaja full time, muy poco tiene de poco valiente y mucho menos mediocre, ni hablar de perder tiempo cuando se trata hacerle seguimiento a sus hijos.

Entonces, ¿qué tiene de malo la zona de confort? Mi hermana Flora una vez me dijo una frase que en un momento de mi vida con muchos cambios encajó perfecto, me dijo: Hay un cierto lujo en lo cotidiano.
En una vorágine de cambios como los que estaba yo viviendo, tales como mudarme de país, estar en una casa nueva, mirando por la ventana de una calle que no me es familiar, mientras espero que pase el cartero y me de mi residencia para poder terminar de estar legal en ese país, me hizo extrañar mi balcón, mi perro y unos mates en mi casa en Buenos Aires. No veía la hora de sentirme cómoda en ese nuevo país, para volver a estar en mi “zona de confort”. Suena ridículo por donde lo miren.

Generalmente se utiliza la frase para decir que prácticamente dejes todo lo que estas haciendo y hagas algo diferente. Pero qué pasa cuando uno vive feliz, cómodo pero  feliz, sin molestar a nadie. ¿Los yoguis no viven así, con pocas aspiraciones y felices?
¿Por qué siempre tenemos que aspirar a algo que no tenemos?. La frase produce dos caminos dependiendo la persona que seas en este momento, uno es aspirar a ser CEOs de una gran corporación y la otra es salir de viajeros con tan sólo una mochila. Entonces la frase no te dice: hacé algo mejor, te dice simplemente dejá todo y hacé un cambio radical. Ahora bien, hacer esos cambios significa ¿vivir mejor?

En una clase de Astrobiología que tuve hace poco el profesor Chris Impey de la University of Arizona decía que el humano desde que se encuentra en la tierra, y cuando apenas empezó a trasladarse desde África hace 50.000 años atrás tiene un gen en su ADN que corresponde al gen explorador. Por eso desde sus inicios las poblaciones fueron migrando desde África, hacia Europa, otros a Asia, luego Australasia y después de Hawaii hasta las Américas. Pero claro, no todos se movían de sitio, muchos hacían sus comunidades y se establecían, mientras que otros los aventureros y con este gen más predominante, convocaban a otros con el mismo gen y se movían. No lo hacían por comida ni recursos, simplemente porque tenían que saciar esa curiosidad por explorar.

Hoy en día este Gen Explorador sigue en nuestro ADN, y si no se sacia, produce ansiedad en las personas, déficit de atención, hasta depresión entre otros estados mentales que están mal vistos hoy en día.

Entonces ahora que tenemos un poco de ciencia aplicada, ¿no deberíamos descubrir cuál es la forma más sana y menos agresiva de salir de nuestra zona de confort?

No se trata de hacer cambios radicales ni grandes aventuras para que los que estén a tu alrededor te digan lo grandioso que sos, mientras sabés en el fondo todo el sufrimiento de transición que conlleva. Se trata de vivir feliz, cómodo, creando tu día a día.

Aquí mi contraconsejo: No salgas de tu zona de confort, no sientas vergüenza de estar donde estás, reinventá tu zona con pequeñas innovaciones que te hagan feliz, sin hacer cambios radicales. Y sí...hay un gran lujo en lo cotidiano.


By Dick, Tom, Harry!

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